Minecraft, Japón y la fruta

Estos días las ojeras me llegan a los pies y el responsable no ha sido el calor (que por fin dice que se va). El culpable de mis desvelos es un videojuego que se caracteriza por una simplicidad elevada al cubo. Literalmente. Minecraft cuenta con un par de añitos y está desarrollado por Mojang AB, una empresa sueca que lleva poco tiempo en el mundillo del videojuego, pero que ya muestra ideas muy interesantes. No sé qué les darán a los suecos para comer, pero eso de «mejor simple y funcional» les sale bordao.

Tanto para mentes cuadradas como para mentes redondas.

Minecraft: un juego hecho a medida (de un cubo)

Cuando la tendencia es crear juegos que parecen más reales y complejos que la vida misma, el susodicho Minecraft demuestra que la sencillez siempre es buena: es un juego de construcción que se desarrolla en modo sandbox, que es como los ingleses llaman a esos mundos abiertos donde campas a tus anchas. A mí me recuerda al Lego por aquello de que todo es o está formado por cubos o bloques y los límites de la ingeniería prácticamente los pones tú. Además tienes dos modos de jugar: el creativo, en el que puedes averiguar si haces más virguerías que MacGyver con un chicle, o el survival, donde además de construir, has de matar a zombis, cosas verdes, etc.

Como todo juego que se precie, la comida es importantísima y , aunque no toda tiene forma de cubo, hubiese sido una decepción que no tiraran de melones y sandías cuadradas. Lo cual me lleva a la noticia casposa del día.

Las sandías de Japón

Atención al detalle de una sandía sobre un cojín.

Si los suecos pueden presumir de sencillos y prácticos, los japoneses pueden alardear de transformar lo más elemental en algo lleno de matices rebuscados. Inventores de la sandía cuadrada para que cupiese mejor en el frigorífico, tratan la fruta como oro en paño. No olvidemos que Japón no tiene mucha geografía en la que cultivar, por lo que la producción frutícola está cuidada hasta el mínimo detalle. Tanto es así que la fruta alcanza precios casi obscenos; eso sí, aseguran que son perfectas en su sabor, textura y olor, por lo que son el regalo perfecto.

Un ejemplo de que las fruterías de allí no son como las de nuestro barrio es la Sun Fruits; puede llegar a vender un racimo de uvas Ruby Roman a 210€ y las famosas sandías cuadradas a 300€ la pieza. Pero no nos asustemos porque eso es calderilla, hace unos años se subastó una sandía Densuke (solo se cultivan en Hokkaido) por casi 4 000€

La sandía más cara de la historia.

El buda que era la pera

En mi humilde opinión me parecen más graciosas las peras con forma de Buda cultivadas en China por Gao Xianzhang, quien ha perfeccionado la técnica durante seis años y, dado el éxito, está pensando en exportar a Europa.

No sabría por dónde empezar a morder.