Hace varios días me fue inevitable leer varios artículos sobre cómo responde nuestro cerebro ante la comida. Los datos y las conclusiones te dejan un poco con la boca abierta, además de que parecen desmontar muchos mitos sobre la guerra de sexos.
Canal cocina ha promovido el primer estudio neurocientífico realizado en España sobre comida y emociones con el objetivo de conocer cómo responde nuestro cerebro ante ella. Para ello, ha tirado la casa por la ventana y ha contado con fisiólogos, neurólogos, ingenieros, biólogos, psicólogos, médicos, catedráticos… El resultado es que la comida nos emociona, literalmente.
ESTUDIO A LA ESPAÑOLA
Se ha efectuado un seguimiento de la actividad neuronal en una muestra representativa (yo diría que más bien simbólica) de 40 personas entre 18 y 80 años para conocer cómo responde nuestro cerebro.
Contando con la existencia de un factor cultural para explicar nuestras preferencias gastronómicas, el estudio ha analizado la actividad del cerebro —por el rincón en el cual definamos y cataloguemos sabores, olores e imágenes— y su respuesta «emocional» a la comida a través de la Neurociencia. Para ello, el estudio se ha desarrollado en dos etapas:
- Selección, según un estudio de mercado, de los platos preferidos por los españoles para la muestra: el jamón (supongo que serrano o ibérico), la tortilla de patata, guisos tradicionales y chocolate —¡nunca entenderé por qué las croquetas no salen seleccionadas!—.
- A esta selección se les añade el tartar de salmón, para contrastar la respuesta del cerebro ante sabores nuevos frente a los ya conocidos (¿si el quinto plato hubiese sido leche de yak, el resultado habría variado?).
- Análisis de la reacción del cerebro ante la visualización e ingesta de los alimentos seleccionados.
HASTA 8 AÑOS DE TU VIDA DEDICAS A LA COMIDA
Según cuentan, las personas dedican una media de entre 7 u 8 años a actividades relacionadas con la comida (quién sabe si los que dan 7 años o menos es porque no tienen un blog sobre comida o no comen). Tal vez parezca poco, pero también cuentan que, tras probar algo, nuestro cerebro solo necesita 3 segundos para activarse emocionalmente al máximo.
La respuesta o activación cerebral —y emocional— es involuntaria y aquí es donde entra el factor socio-cultural a la hora de ver por qué preferimos antes un alimento que otro.
SE PREFIERE EL CHOCOLATE AL SEXO, SOBRE TODO SI ERES HOMBRE
Este dato es fácilmente manipulable, es decir, cada cual que lo interprete según sus circunstancias, pero siempre viene bien que esté avalado científicamente. Tanto hombres como mujeres responden con gran intensidad emocional ante el chocolate.
Lo curioso es que los hombres han generado mayor actividad cerebral y, por tanto, emocional ante la visión y degustación del chocolate, un 69% frente al 62% de las mujeres. Y para más inri, también el chocolate genera mayor respuesta que imágenes sobre sexo, deporte y viajes.
LA IMAGEN FRENTE A LA DEGUSTACIÓN
También dan como resultado que los hombres y las mujeres responden emocionalmente de forma diferente cuando ven y prueban alimentos. Mientras que las mujeres reaccionan a la primera frente a una imagen, el cerebro del hombre responde más ante la degustación. Esta conclusión daría para una tesis, en mi opinión.
Por lo que parece, también la diversidad siempre gusta ya que ante los sabores nuevos (en este caso el tartar de salmón) reaccionamos de buen gusto si los probamos, no así si los vemos.
LO TRADICIONAL FRENTE A LO NO CONOCIDO
Otro dato interesante es que los hombres reaccionan mejor ante sabores menos conocidos, donde se ha catalogado el chocolate (?) y el tartar de salmón, frente a las mujeres que se activan más emocionalmente ante los guisos y platos tradicionales.
Fuente: Cómo responde nuestro cerebro ante el estímulo de la comida
Interesante Post. Muy interesante.
Es curioso de las cosas que se entera uno en esto de la bloguesfera. Y má aún en tu magnifico blog.
Yo, por mi experiencia cuando me lleva de cena alguna amiga, solo puedo decir, que mi cerebro se vuelve cauto y expectante. Miro la Carta y sigo mirandola pero dejo que decida ella lo que quiere tomar. Asi luego yo puedo pedir otra cosa diferente y tener mas platos a los que hacer las fotos para mi blog. No se lo cuentes a nadie o quedare como un Friki.
El chocolate… me encanta… y si es con sexo, mejor.
Mil besitos con cerebro
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Si es que el cerebro es tan mágico como la comida, es inevitable que salten chispas entre ellos… más si hay choco-sexo o sexo-late por en medio. Por lo que tranquilo, tu secreto de friki está a salvo conmigo… mucha gente friki lo compartimos 🙂
Por cierto, cuando he leído aquello de que tu cerebro se vuelve cauto y expectante para ver qué pide el otro comensal… no he podido evitar oír en mi cabeza la voz de Félix Rodríguez de la Fuente describiendo el acecho de un depredador a su presa, jajajaja. En mi caso, siempre pido algo que me guste y que no sepa cocinar, es decir, casi todo.
Me encanta lo de Mil besitos con cerebro, esta frase tiene una gran profundidad (y lo digo en serio).
Mil besitos con cerebro y chocolate
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Celebro que te guste lo del cerebro. Jajajaja
Félix… Si… Ciertamente me marcó más que Espinete.
Te he dicho que me encanta tu blog??? Me encanta.
Mil cerebros en tus besitos.
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Yo creo que Félix dejó marcado hasta a Espinete y no sé si me has dicho que te encanta mi blog, mi ego es que es duro de oído… así que dímelo todas las veces que quieras 😀
Por cierto, tus despedidas se acercan al arte del Haiku.
Mil besitos en tu cerebro
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Confieso que me has hecho mirar en la Wiki acerca del Haiku…
Me halagas con tus palabras. Creo que voy a tener que regalarte más a menudo los oidos.
Mil besitos de amigo. No vayas a enamorARTE
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¡Jajaja! Don’t worry, my friend. Mil amigos en besito 🙂
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