Si alguien puede disfrutar (in)voluntariamente de mucho tiempo libre, puede permitirse realizar esas tareas pendientes para las que nunca se tiene tiempo, por poner algún ejemplo, ver todas-toditas-todas las películas de Harry Potter. Algo que gusta mucho de esta saga es la gran variedad de caramelos, gominolas y chucherías varias que aparecen a diestro y siniestro, despertando las ganas del personal de probar alguno de esos candys.