Hacía tiempo que quería hablar de Game of thrones (Juego de tronos) a través de la comida, pero no encontraba ninguna manera que no fuera hacer un frikie-recetario gastronómico o hablar de las naranjas sanguinas cuando, ¡oh, dios mío!, hoy me lo han puesto en bandeja.
Por si no vives en este planeta, Juego de tronos es la primera novela de la saga literaria Canción de hielo y fuego, la grandísima obra de George R. R. Martin, ese escritor que no termina de escribir. Si has pasado un huevo de los libros, seguramente conocerás la serie televisiva homónima producida por HBO, si no es así, lo tuyo no tiene nombre.
Entre cabezas anda el juego
La polémica de hoy ha saltado a raíz de lo que podría ser un gazapo histórico o tal vez un producto del marketing más avispado (en los propios comentarios del DVD de la serie lo mencionan): la aparición de lo que bien podría ser la cabeza del ex presidente estadounidense George Bush clavada en una estaca en el último capítulo de la primera temporada. La productora y los creadores de la serie han pedido disculpas y bla, bla, bla… (si te interesa la noticia, aquí un artículo de La verdad).
¿Qué tiene que ver todo esto con la comida? Bueno, pues porque dicha escena en la que salen varias cabezas empaladas ha calado hondo, no solo porque tiene su miga en la trama, sino también porque se han hecho hasta Cake Pops con la cabeza de Ned Stark recién estacadita. Si te apetece comerte una, la receta la tienes en Not your momma’s cookie.
Cake pops
Son bolas de bizcocho y queso crema cuya versatilidad ayuda a que puedas presentarlas como a ti te dé la gana. La reina indiscutible de estos bocaditos es Bakerella, cuyos dulces pueden ser tan empalagosos como irresistibles.
Pues si que se parecen, pero vamos no creo que lo hiciesen con mala leche, una casualidad graciosa?.
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